3 AM
A veces, en la liminalidad de la noche, siento un terror inigualable.
Mi cerebro, entre la lucidez y el sueño, recuerda súbitamente su lugar en el mundo.
Es un sentimiento heredado de los fines de programación de mi infancia,
De las pantallas azules y los menús de DVD.
Claro, en la rutina de la adultez uno se olvida
De esa sensación única de cuando te enteras que el universo es infinito.